Cómo acompañar a nuestros hijos en el primer día de clases


“Nada sin alegría.” (Loris Malaguzzi)
Lic. Magdalena Arias[i]

Asistir al jardín o a la escuela por primera vez, es uno de los momentos más significativos para el niño y su familia. La escuela es un lugar nuevo, donde se encontrará con personas hasta ese momento desconocidas, y del cual escuchó hablar muchas veces. Es de esperar que tanto el niño como los padres estén ansiosos, expectantes, con inseguridades y algunos miedos. Lo importante es tener presente que ir al colegio es una oportunidad para que los hijos crezcan, aprendan, se diviertan y hagan nuevos amigos. La mejor forma para ayudarlos en esta transición es acompañándolos con calma y calidez, comunicándose con ellos, mostrándose confiados en las decisiones tomadas y manteniendo una actitud alegre y positiva en relación a  la escuela  y los maestros.


Hablar sobre la escuela: Contarle que está creciendo y, como muchos otros chicos de su edad, tiene que ir al colegio para aprender cosas nuevas. Comentarle lo que va a encontrar allí, a quienes va a conocer. Si es la primera vez que el niño va a clases es importante conversar sobre los planes de llevarlo y buscarlo de la escuela, el horario de salida, quién lo pasará a buscar, etc. La idea es compartir el entusiasmo por ir a la escuela y no transmitirle ansiedad, para esto es importante no forzar las conversaciones acerca de la escuela e ir respetando los sentimientos y dudas que puedan ir surgiendo.

Conocer la escuela: De ser posible antes de empezar las clases visitar juntos la institución, conocer a las maestras y directivos, recorrer las aulas, el patio, el comedor y el baño.

Tiempo separados: Si hasta este momento el niño sólo estuvo en contacto con su familia más cercana, puede ser conveniente programar una salida con alguien cercano para el chico. Por ejemplo quedarse a dormir en lo de los abuelos, o ir a visitar a un primo, es una buena manera para ver cómo el niño reacciona frente a estar separados de sus padres, pero con gente conocida y de confianza para él. Tomar esta rutina de despedida para replicar en la entrada a la escuela.

Elegir juntos: Darle la posibilidad de tomar decisiones acordes a su edad es una buena manera de incluir a su hijo en la elección y preparación de las cosas necesarias para la escuela (elegir la mochila, los útiles, etiquetar sus pertenencias).

Establecer una rutina similar a la que hará en la escuela: La hora de levantarse, del desayuno y del almuerzo muchas veces se modifican al empezar la escolaridad. Adaptar los horarios a la nueva rutina con anterioridad, lo ayudará a acomodarse más rápido.

Todo listo: La noche anterior, preparar juntos la mochila, la ropa que usará y las otras cosas que llevará al colegio. No es necesario insistir en que al día siguiente comenzará las clases, si el niño lo tiene presente ya es suficiente.

 El Gran Día

Despertarlo con suficiente tiempo para prepararse sin apuros y llegar puntuales a la escuela. Si su mañana transcurre con naturalidad y calma, como cualquier otro día, el niño se sentirá más confiado y tranquilo.
Permitirle que lleve algo personal a la escuela (dentro de lo posible que sea lo suficientemente pequeño para que se pueda guardar en la mochila). La presencia de un objeto familiar lo ayudará a transitar la ansiedad de estar en un lugar nuevo.
Si llegara a mostrarse triste o llora en el momento de entrar a la escuela, acompañarlo, explicándole, con una actitud positiva, que aprenderá nuevas cosas y que se va a divertir mucho. Ser empático en relación a sus sentimientos. Recordarle quién lo buscará al final del día. Es importante no retarlo, ni regañarlo por su comportamiento. Al retirarse siempre decirle chau (no escabullirse sin que el niño los vea). Saludarlo con alegría y no alargar la despedida demasiado.
Explicarle a qué hora lo pasarán a buscar, haciendo referencia a la rutina de la escuela (después de la merienda, antes del almuerzo, etc) y ser puntuales. El niño estará ansioso por ver a sus padres, no generarle incertidumbre al momento de retiro favorecerá que quiera volver al día siguiente.
Es recomendable, en la medida de lo posible, que la primera semana uno o ambos padres o una persona significativa para el niño, acompañe a su hijo al colegio y lo vayan a buscar, para que se sienta seguro hasta familiarizarse con el lugar.
Al charlar sobre el día de clases, darle tiempo y sólo preguntar si el niño tiene ganas de contar. Al hacerlo, preguntar sobre cosas concretas (el nombre de su maestra, si escuchó un cuento, o si cantaron alguna canción). A medida que el niño se sienta más cómodo irá hablando con más detalle de su nueva rutina.

¡¡Esperamos que les hayan servido estas pequeñas sugerencias, y que tengan todos un año lleno de aprendizajes!!


[i] Lic. En Ciencias de la Educación (UBA). Psicodramatista. Directora de Qualia – consultoría en Educación. Ejerció la docencia en distintos niveles educativos. Actualmente coordina el área de programas educativos en el Municipio de Tigre.