Familias con niños hoy: algunas problemáticas

 Por la Lic. María Cristina Rojas[i]

Señalaré aquí, brevemente, algunas problemáticas que aparecen en la consulta de las familias con niños hoy. Encontramos con cierta frecuencia padres que manifiestan no poder contener las reacciones de sus hijos, a veces muy  pequeños, ni instalar pautas organizadoras de la vida familiar que encuadren al grupo todo: por ejemplo, horarios y lugares de juegos y tareas, de sueño y de comidas. Esta fisura de la normatividad suele manifestarse por las noches en un notable incremento del colecho en las familias consultantes de grupos medios.

La mencionada dificultad en la instalación de regulaciones y por ende del sostén que las mismas conllevan, puede llegar a dejar a los niños en cierto estado de anarquía y orfandad, mientras los padres aparecen a veces desilusionados, desganados, enojados. En algunos casos,  con un fuerte sentimiento de fracaso o apelando al niño como adulto, en el intento de una resolución anómala de la situación. En este punto, los vínculos “duelen”. Se generan rechazos y desencuentros: para algunos de estos padres la relación con los hijos deviene por momentos forzosa y displacentera. Atrapados en amplios horarios laborales y múltiples actividades desplegadas en otros ámbitos sociales, hoy propiciadas, (gimnasio, computación, compras, trámites, espectáculos) el encuentro con los niños constituye una exigencia más. Lo cual produce en ellos mismos distintas reacciones emocionales: sentimientos de culpa, desconcierto y a veces   verdaderas situaciones de huida. En relación con esto, pueden darse también conflictos en la pareja conyugal que conducen, en ocasiones en forma impulsiva, a un divorcio que suele acrecentar las problemáticas, ya que se generan nuevas formas de sufrimiento vincular y otras exigencias organizativas.

Estos mismos grupos familiares suelen de inicio aparecer hiperconectados. El uso del celular entre sus miembros puede ser constante. Se hace así posible situar al otro por un instante, saber qué hace, cómo o dónde supuestamente está. No obstante, el posterior encuentro presencial no parece siempre dar lugar a modos de comunicación de mayor proximidad o intimidad. Suelen surgir circuitos vinculares riesgosos: una mayor angustia o indiferencia parental intensifica las respuestas sufridas de los niños, y viceversa. Jóvenes padres, niños pequeños, enojados, distantes, comparten un malestar muy favorecido por condiciones sociales. Entre ellas, en el actual imaginario social los niños son visualizados casi como pares de los adultos; se les atribuyen conocimientos y posibilidades que exceden sus aptitudes lógicas y afectivas. Los padres, no habilitados en sus operaciones básicas de interdicción y sostén –inseparables- suelen sentirse impotentes, carentes de recursos frente a estos pequeños que supuestamente tanto saben y pueden. Tal “dictadura del más débil” encubre la vulnerabilidad y el desamparo de los más chicos, que quedan a veces a merced del desborde pulsional y la actuación. Por lo demás, en el contexto de paridad adultos/ niños los límites y prohibiciones pueden perder su sentido regulador, sustentado en reglas socioculturales y funciones  de cuidado que exceden las arbitrariedades subjetivas. En tal caso, pueden ser interpretados o aplicados dentro de una modalidad de rivalidad fraterna.

Entiendo que el espacio clínico analítico con la familia y/ o con quienes detentan las funciones de la parentalidad, constituye uno de los instrumentos privilegiados para el abordaje de estas y otras problemáticas afines a las que aquí condenso, ya  que inaugura un espacio/ tiempo muchas veces facilitador de nuevos modos de vinculación.

En algunos grupos, los padres siguen conectados con el mundo extrafamiliar a través de sus celulares en sus casas y hasta en la sesión familiar, mientras los niños son casi ignorados: juegan solos, retraídos, o  pelean entre sí, o reclaman la atención de los adultos en ocasiones de modo verbal, otras veces con enojos y rebeldías que incrementan el mal humor o el alejamiento de algunos adultos. Poner en análisis estas múltiples modalidades muchas veces defensivas, que distorsionan el encuentro familiar, forma parte de la función del analista. Acreditar a los padres en su facultad socialmente desprestigiada de orientar, sugerir, contener y limitar; demarcar las diferencias generacionales, estimular el espacio de juego y diálogo conjunto, en un contexto que favorece el hacer con el otro en lugar de la actuación, son otras de las intervenciones que contribuyen a que padres e hijos vayan encontrando nuevas formas de convivencia y cotidianeidad con un sello singular, dentro de los ineludibles rasgos de nuestro tiempo. Tiempo que desalojara la jerarquía patriarcal, abriera espacio a los hijos para ser escuchados y planteara así a las familias el desafío de sostener las regulaciones y funciones de cuidado, y a la vez dar lugar a la circulación del poder en el grupo familiar. En este proceso muchas familias encuentran los modos de un tránsito no sufriente ni sintomático, mientras en otras encontramos estos modos particulares de sufrimiento que aquí describo.

Los modos de  vinculación heterárquicos, donde el poder puede circular entre  los miembros de la familia sin cristalizar en ningún vértice, abren posibilidades para cada sujeto según su edad y las condiciones de su psiquismo. Esto se diferencia de cualquier modo de retorno a formas anteriores, tales como la ya lejana jerarquía incuestionable del adulto burgués, pero a la par resiste la concepción actual que pregona la igualación generacional, desconociendo los distintos grados de conformación del psiquismo del adulto y el niño, y la responsabilidad que esto implica para el mundo de la adultez.

BIBLIOGRAFIA
Foucault, M.: (1975) Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión, Siglo XXI, 1999
Jeammet, P.: (1998) Violencia y narcisismo, Revista N y A, 11
Morin, E.: (1992)  El paradigma perdido, Barcelona, Kairós
Rojas, M. C.: (2009) “Niñez y familia hoy: las patologías del desamparo”, cap. en Wettengel y otros “Patologías actuales de la infancia. Bordes y desbordes en clínica y educación”,
Rojas M.C.: (2008) “Modalidades actuales en familia”, Actas II Congreso de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares,




[i]
Psicóloga. Miembro titular de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Docente de Posgrado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (convenio AAPPG/ UBA) y de la Diplomatura en Vínculos de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (Convenio AAPPG/ UCES). Autora de numerosas publicaciones en el campo del Psicoanálisis de la familia y la niñez.