En la actualidad, la falta de atención y la hiperactividad son los
motivos de consulta más frecuentes en la infancia. Asistimos a un predominio de
una modalidad de diagnosticar que sólo se guía por las conductas observables
sin tener en cuenta la historia, el contexto social y escolar.
Comúnmente se engloba a estos niños
bajo la denominación de Trastorno por Déficit Atencional (T.D.A.), un trastorno
de supuesto origen neurobiológico que sin embargo no tiene ninguna prueba de
laboratorio que lo ratifique.
Sin duda se hace necesario preguntarnos
por qué cada vez hay más niños que presentan esta problemática, sin necesidad
de encuadrarlos en una supuesta enfermedad neurológica. Para responder a este
interrogante realicé una investigación doctoral que fue becada por la
Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires. Las
conclusiones principales a las que arribé fueron:
* Por un lado, vivimos en una época
atravesada por la inmediatez, sin tiempo para los procesos, con estímulos
hiperveloces e hiperfragmentados en la cual la lógica del video clip se impone
y el aplazamiento de la satisfacción inmediata se torna imposible para los
niños tanto como para los adultos. "Llame ya", "adelgace
ya", "obténgalo antes de desearlo" son slogans que muestran una
modalidad epocal. Mientras tanto les pedimos a los niños que se mantengan
concentrados y atentos en cada vez más largas jornadas escolares, que por otra
parte transmiten conocimientos cada vez más alejados de los intereses de los
niños.
* Otra de las conclusiones fue que en
realidad todos los niños están atentos a algo pero pueden no tener la
disponibilidad para atender a lo académico por diversos motivos:
- Porque sus necesidades básicas no
están siendo satisfechas (un nene con hambre o sin suficientes horas de
descanso difícilmente pueda atender)
- Porque se encuentran atravesando una
situación dolorosa (la separación de sus padres, una pérdida significativa,
exilios, entre otras)
- Porque están ocupados en entender
alguna situación que los adultos están tratando de ocultarle (la enfermedad o
muerte de algún ser querido, una historia en su origen sobre la que no es
posible interrogar, etc.)
- Porque viven en situaciones de
violencia y/o abusos que no les permiten ocuparse de atender a lo escolar, pero
que tampoco están en condiciones de denunciar.
- Porque están deprimidos, angustiados
o tienen problemas psicológicos más graves aun como puede ser una psicosis
infantil.
- Porque están o estuvieron atravesando
contextos de catástrofe (sociales o naturales) que tiene a toda su familia
sumida en una situación de angustia.
- Porque tienen algún padecimiento de
origen biológico que no ha sido diagnosticado, como pueden ser algún tipo de
restricción sensorial (hipoacusia, miopía, etc), epilepsias leves, sindrome de
X frágil, entre otras.
- Porque el colegio al cual concurre no
es el apropiado para ese chico o está siendo hostigado por algunos compañeros.
Estas pueden ser algunas de las
múltiples razones por las cuales un niño puede no atender a lo escolar. Cómo se
verá entonces, esta es una problemática compleja, en la cual "La
dificultad atencional o la hiperactividad" son sólo la punta del iceberg.
Será necesario un diagnóstico que tome en cuenta esa complejidad para poder
entender por qué cada niño en particular no puede estar atento a lo que los
adultos esperamos que esté atento y que permita preguntarse qué otras
cuestiones quizás está tratando de elaborar ese niño que tiene capturada su
disponibilidad atencional.
Hoy predominan modalidades terapéuticas
que no dan tiempo al despliegue de la problemática, velozmente se rotula a los
niños con el diagnóstico: "ES TDA" y se determina que lo será toda la
vida, aconsejando a los padres para que manejen mejor las conductas disruptivas
de sus hijos sin indagar el porqué de sus padecimientos. Sin duda un niño que
no puede atender o no puede parar de moverse en un chico que está mal y quizás
esa es la única forma que encuentra de dar a ver su sufrimiento. Si rápidamente
se lo etiqueta, se intenta reestrenar sus conductas y en muchos de los casos se
los intenta aquietar con medicación lo más probable es que la situación a la
larga empeore.
Por ejemplo: muchos niños que viven
situaciones de abuso llegan a la consulta por dificultades atencionales o
hiperactividad, si no se les otorga un espacio y un tiempo para la escucha, los
niños por lo general no pueden revelar estas situaciones ya que necesitan mucho
tiempo para construir la confianza en el adulto (sobre todo si está siendo
abusado por un adulto muy cercano), aquí es donde aparece el riesgo de
patologización de la infancia, o sea transformar al niño en enfermo cuando en
realidad están ocurriendo otras cuestiones ya sea en el contexto familiar,
social o escolar. El peligro de realizar diagnósticos sólo por lo observable es
que se pierdan oportunidades privilegiadas de intervenir para desarmar esta
situación y contener al niño.
Para concluir, las "Dificultades
atencionales" son una problemática compleja que necesita de un abordaje
interdisciplinario: docentes, directores, psicólogos, psicopedagogos,
neuropediatras básicamente dispuestos a la escucha tendrán que construir en el
uno a uno, los abordajes necesarios para entender qué le ocurre a cada pequeño
que no puede atender a lo escolar.
[i]
Dra
en Psicología, UBA. Codirectora del Programa de Actualización: “Problemáticas
Clínicas Actuales en la Infancia: Intervenciones en el campo clínico y
educacional”.
Posgrado de la Facultad de Psicología UBA. Profesora invitada por diferentes universidades extranjeras de Brasil, Chile, Uruguay y México. Supervisora de los equipos de concurrentes y residentes de psicopedagogía del Hospital de Niños R. Gutierrez, del Hospital Durand y del C.E.S.A.C. N° 15 y del Equipo Interdisciplinario del Centro de Desarrollo Infantil y de Estimulación Temprana “El Nido” de San Isidro.Autora y coautora de numerosas publicaciones nacionales y extranjeras.
Posgrado de la Facultad de Psicología UBA. Profesora invitada por diferentes universidades extranjeras de Brasil, Chile, Uruguay y México. Supervisora de los equipos de concurrentes y residentes de psicopedagogía del Hospital de Niños R. Gutierrez, del Hospital Durand y del C.E.S.A.C. N° 15 y del Equipo Interdisciplinario del Centro de Desarrollo Infantil y de Estimulación Temprana “El Nido” de San Isidro.Autora y coautora de numerosas publicaciones nacionales y extranjeras.