El
juego es la actividad por excelencia de lxs niñxs, su modo de comunicación.
Permite entramar conflictivas, traumas,
fantasías, posibilidades y limitaciones; ansiedades, frustraciones, temores,
deseos, vínculos emocionales, se ensayan mundos posibles y se elaboran
experiencias.
Es a través del juego que lxs niñxs
pueden descubrir diversos modos de resolver situaciones que lxs angustian, lxs
preocupan, lxs conmueven.
Lxs niñxs deben transitar
inevitablemente por distintas instancias
de juego, momentos del mismo que son necesarios para dar lugar a otros momentos
de juego que los suceden. Lxs niñxs deben poder primero explorar distintos
materiales, ya sean juguetes pensados como tales o materiales de uso cotidiano
o desestructurados como por ejemplo utensilios de cocina que no sean
peligrosos, telas, rollos de cartón, cajas, papeles, etc. que ellxs mismxs
transformarán en juguetes.
Esto les permitirá poder descubrir las
características y propiedades de los objetos (duro, blando, frío, rugoso, etc.)
y dará lugar a la creatividad en su uso. Cuantos más objetos tengan la
posibilidad de explorar, más posibilidades tendrán de conocer el mundo que los
rodea y de dar lugar a la creatividad.
Así como es fundamental para lxs niñxs
jugar, porque esto es lo que lxs forma como sujetos y lo que les dará
herramientas para su vida cotidiana, incluso de adultxs, es importante también
que puedan jugar con otrxs, ya que el mundo es de esta manera, en un contexto,
con determinadas características.
Las
necesidades de todo sujeto se satisfacen en la relación con pares, es por eso
que es tan importante poder compartir el juego; esto permite recrear vínculos,
ampliar logros y obstáculos y desmitificar dificultades.
Para
que esto pueda llevarse a cabo con mejores resultados, es necesario que lxs
niñxs cuenten con un ambiente seguro y protegido. Donde algún/a adultx pueda
sostener y garantizar el espacio y el lugar que cada unx ocupa con sus
características personales.
Esto
no quiere decir que el/la adultx deba necesariamente ponerse a jugar con ellxs,
aunque podría ser una posibilidad, sino que garantice que se van a cuidar y
respetar entre ellxs y a los objetos que se utilicen, para poder llevar a cabo
el juego en un ambiente de contención y confianza.
Este
es un punto valioso para resaltar; que un/a adultx garantice el espacio donde
lxs niñxs van a jugar implica que este espacio esté libre de riesgos; un lugar
seguro, que brinde contención, con adultxs que habiliten el despliegue lúdico y
corporal desde la confianza que deposita en ellxs, en sus posibilidades y
capacidades reales y potenciales; evitando también riesgos, como puntas
filosas, material punzante, o cualquier otro objeto que pueda atentar contra su
integridad. En caso que esto no se pueda evitar, el/la adultx podrá anticipar
que un determinado lugar es peligroso y buscar juntxs la manera de protegerse
de ello; del mismo modo suspenderá el juego invitando a resolver juntxs la
situación si se presenta algún conflicto entre lxs niñxs.
En
relación al material que se les brindará, puede ser cualquiera que dé lugar a
que lxs niñxs puedan desarrollar al máximo sus capacidades y posibilidades. En
el Centro donde trabajo, por ejemplo, un material privilegiado para lxs niñxs
es el colchón; en el que pueden saltar y
hacer diversas pruebas dando lugar al registro de sus posibilidades, sus
capacidades, sus limitaciones y las de dicho objeto; habilitando la
sensopercepción y las modificaciones en el tono debido a la posibilidad de
fluctuar entre estados de tensión y distensión que permite este objeto. Esto es
algo que todxs lxs niñxs disfrutan y no siempre tienen la posibilidad de hacer.
Es cierto que puede ser muy riesgoso, pero si se les anticipa que observen
donde termina para no caerse, o se les pone algo abajo para que no se lastimen,
o se usa un colchón viejo en el piso los riesgos disminuyen.
Lo
mismo puede suceder con otros objetos, todos pueden ser riesgosos y todos
pueden dejar de serlo si se toman ciertos recaudos y se anticipan los posibles
peligros.
El
material que se les ofrezca puede ser estructurado o no, lo importante es que
habilite a lxs niñxs a descubrir nuevas posibilidades, a reconocer sus
capacidades, a explorar lo que los rodea.
Si
bien la presencia del/a adultx es necesaria sobre todo en los primeros tiempos,
paulatinamente esta puede ir mermando a medida que lxs niñxs vayan adquiriendo
cierta independencia.
Muchas
veces, pueden ser acompañadxs con la mirada o con la sola presencia, una
palabra, un gesto. Esto dará seguridad a lxs niñxs para continuar su
experiencia.
Cuando
el juego es con otrxs, que es la propuesta que se está planteando en esta
instancia, puede ser satisfactorio aclarar previamente que los objetos que se
van a utilizar tienen que ser cuidados, que hay que compartirlos y guardarlos
cuando se finaliza el juego. También dejar en claro que si una de las partes no
quiere hacer algo puede decirlo y esto va a ser respetado y que no vale
lastimarse.
Esto
posiblemente tenga que ser recordado durante la instancia de juego y así se
hará. Pero no implica que sea necesario ser parte activa del juego de lxs niñxs,
ni intervenir en él, sino simplemente asegurar el espacio para que se puedan
desplegar lo más libre y confiadamente posible.
*Profesora
de Nivel Inicial
Psicomotricista
Psicomotricista
co-coordinando grupos de niñxs en equipo de CIDI (Centro Integral de Desarrollo
Infantil), Tigre
Psicomotricista
en Equipo Terapéutico Pilar
Psicomotricista
en consultorio particular
lilianastramucci@yahoo.com.ar